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domingo, 25 de enero de 2015

Los libros objeto

Mi bebé se puso muy contento cuando descubrimos este libro tren en la biblioteca. Empezó a gatear como loco rodándolo y abriendo las páginas a la vez.


En casa no para de pasearlo por todas partes, hace el brum brum, me lo da para que le cuente lo que aparece en las páginas interiores: el conductor, los nenes y las nenas, las ovejas, beeee.


Este libro me ha recordado una entrada que leí en el blog biblioabrazo sobre cómo hacer un libro objeto con botones. Me parece una propuesta preciosa y muy sencilla para todas las edades. La complejidad se la daremos con lo que escribamos dentro, desde letras o palabras sueltas para los que están empezando a leer y escribir hasta poemas de nuestros autores favoritos  o de nuestra  propia cosecha para los alumnos de bachillerato. Después los podemos intercambiar con nuestros amores, amigos o compañeros, incluso se puede jugar al amigo invisible.

Rastreando en Internet he encontrado otras ideas sencillas para inspirarnos:









La papiroflexia también nos puede dar muchas ideas.

Me encantan estos libros que son también objetos para manipular o jugar, porque a estas edades es lo que necesitan. Desde la perspectiva de lectora adulta también me resulta muy sugerente y poética la idea de un libro albergado dentro de un objeto precioso.

viernes, 26 de diciembre de 2014

El guau guau

Aunque mi pequeño de doce meses lleva ya muchos meses jugando con los libros, diría que incluso desde antes de poder sentarse, este libro de cartón que cogimos en la biblioteca es el primero que "le cuento", por llamarlo de algún modo, el primer libro a través del cual mi bebé y yo hemos entablado una comunicación. 

Es un intercambio expresivo de lo más sencillo, pero para mí es muy valioso y especial porque es el primero de los muchos que a partir de ahora se entablarán cuando los dos juntos nos sentemos con un libro entre las manos. Y es que leer, ya sea solo o en compañía, es ante todo un acto de comunicación.


Mi bebé está en una etapa en la que le fascinan los animales. Se quiere parar a contemplarlos por la calle, los señala con el dedo para que yo le diga cómo se llaman o qué ruido hacen y últimamente ya ha empezado a imitar las palabras.

Con este libro hace lo mismo que cuando ve un perro por la calle. Supongo que las ilustraciones realistas ayudan a ello y es la razón por la cual se publican muchos libros para bebés en los que las fotografías sustituyen a las ilustraciones.

Señala con el dedo cada uno de los perros que aparecen y me mira fijamente para que le diga: "Mira, el perro, el guau guau".

Otras veces soy yo la que le digo: "¿Dónde está el guau guau?" Y él me lo señala con el dedito sonriendo y diciendo algo así como: "tiiii".


Otras veces él solo es el que va pasando las páginas, señalando y diciendo con una vocecilla muy graciosa: "guaaauuu"



En fin, que es fascinante acompañar a un bebé en el descubrimiento del mundo, el lenguaje y los libros.